Alimentarse en el Montado do Freixo do Meio no es solo una distribución justa de un bien esencial obtenido de manera agroecológica, sino que es, esencialmente, una oportunidad para regenerar este pedazo de hogar y hacerlo también suyo, de una manera consciente, ordenada, segura y colectiva, a través de la cooperación con los diferentes proyectos que operan en el Montado do Freixo do Meio.

Os nossos alimentos

El ALIMENTO, el aire y el agua son solo algunas de las cosas de las que dependemos para mantenernos vivos. Existen más, y todas ellas solo pueden ser garantizadas por la Naturaleza, a la que aquí llamamos Sistema Natural.

La relación de la Humanidad con la casa viva que habita se juega en muchos ejes, pero la conexión de ambos a través de la comida es seguramente la que más rápidamente comenzó a fragilizarse y desvirtuarse. Nuestra evolución en la Tierra creó escasez alimentaria desde temprano. Como tanto se esforzó por recordarnos Eduardo Lourenço, no fue para descubrir el camino marítimo a la India que nos lanzamos al mar, sino para sobrevivir a la miseria que habíamos creado aquí.

La forma en que crecimos y comimos llevó a la tragedia de los Imperios, a la guerra, a la privatización de bienes comunes, al individualismo, a la competitividad extrema, a la tentación de dominar todo y, principalmente, a un estado de carencia material y emocional al que nos auto subyugamos y que seguramente nos lleva a la condición de sobrevivientes desde hace al menos 3000 años. Es decir, lo que llamamos «Crisis Ambiental» es, ante todo, una cuestión enraizada en el alimento. Y lo que llamamos hoy «agricultura» es, sin duda, gran parte del problema.

Ante esta reflexión y, siendo responsables de un pedazo significativo de nuestra casa, los 600 ha del Montado del Freixo do Meio, y tras haber sentido en carne propia la falta de dignidad a la que un agricultor hoy es sometido por el sistema económico y social en el que vivimos, no pudimos hacer otra cosa que intentar encontrar otros caminos, otras formas, otras maneras de obtener y compartir lo que consideramos ser un bien común. Es decir, el alimento es de todos y todos tienen el derecho de obtenerlo sin condiciones, pero al ser obtenido no debe destruir nuestra casa sino, por el contrario, reconstruirla. Reconstruir el Sistema Natural es regenerar. Esta es nuestra prioridad, sin la cual no tendremos condiciones para vivir.

El Ecosistema del Freixo do Meio, como ocurrió en general en todo nuestro planeta, en lugar de evolucionar naturalmente hacia estados más complejos, eficientes y productivos (clímax), fue sometido por nosotros, los Humanos, en los últimos 500 años, a un proceso de degradación activa de diversos componentes como el suelo, la biodiversidad, el agua, el aire, el bosque natural, entre otros. Las consecuencias pragmáticas de esta degradación son una menor productividad, una menor eficiencia energética, una mayor susceptibilidad a los cambios climáticos. En resumen, el ecosistema que gestionamos está mucho peor, en todos los sentidos, especialmente en lo que respecta a la capacidad de responder a nuestras necesidades.

Nuestro camino, desde 1993, fue regresar a la actitud ancestral de intentar resolver nuestros problemas respetando los límites de la Naturaleza, lo que significa, en la práctica, entender que estamos aquí para participar en un sistema que nos creó, porque nos necesita (Macroorganismos Gaia) y que, solo actuando en beneficio del todo, podremos llegar al “nosotros”. A este modo de actuación lo llamamos Agroecología, que es una ética ancestral, una ciencia pero, esencialmente, un movimiento ideológico. En nuestra región, este modo de actuación “agroecológico” resultó en el sistema que conocemos como Montado. Un sistema agroecológico iniciado en el Neolítico que se desarrolló y difundió más tarde, en la Edad Media, y al cual regresamos al inicio de este proyecto, eligiéndolo como puerto de abrigo.

Fue la historia, a través del trabajo de Ana Fonseca (Fonseca, 2004), la que nos ayudó. Transitar de un modelo químico y mecánico a la agroecología, de siempre, del Montado, fue un primer paso, apoyado por el movimiento, entonces pionero, de la agricultura biológica. Este cambio de rumbo nos permitió, esencialmente, invertir el camino de destrucción y dependencia. Entretanto, ya han pasado más de dos décadas de respeto por los ciclos naturales de fertilidad y por la potenciación de la biodiversidad. Son ya más de dos décadas sin utilizar químicos ni OGMs, sin movilizar el suelo, excepto en situaciones especiales, promoviendo la regeneración forestal, tras el abandono consciente y efectivo del modelo agrícola que venía siguiendo desde el Estado Novo y que continuó en los períodos posrevolución y de entrada de Portugal en la Comunidad Económica Europea.

El Montado nos permitió crear una economía diferente que, además de proporcionar trabajo a diez veces más personas que el promedio de la región (30/3), alimenta también, de una forma diferente, cada día, en al menos el 50% de sus necesidades, a más de 300 familias (3 personas). Pasamos de tres cultivos (ovejas, trigo y corcho) a más de 50; aprendimos a transformar recursos naturales en alimentos; y construimos desde cero siete unidades de transformación alimentaria. Fue necesario mucho inversión de diferentes tipos, pero sobrevivimos. Fuimos pioneros del movimiento Farm-to-Fork, acercándonos a los consumidores en los mercados, más tarde con una tienda en Lisboa, creando uno de los primeros movimientos de Agricultura Apoyada por la Comunidad (CSA Partilhar as Colheitas), así como una de las primeras tiendas en línea de agricultores en nuestro país.

Pero es poco. Deberíamos ser capaces de alimentar a veinte veces más personas sin degradar los ecosistemas para lograr una verdadera soberanía alimentaria. Para ello, debemos regenerar. Y es por eso que activamente buscamos experimentar e introducir modelos y técnicas que nos permitan llegar allí: la Agroecología, la Permacultura, el Montado, la agricultura Biológica, la agricultura Biodinámica, la agroforesta de sucesión dinámica, el trabajo con el agua, con los hongos y los microorganismos, la forestación regenerativa, el manejo holístico de animales, y tantas otras visiones en curso. El Área Protegida del Montado del Freixo do Meio permite, a través de sus cuatro zonas (social, de conservación, de montado y de innovación) conciliar el pasado con el presente, con los sueños y desafíos del futuro.

Alimentarse en el Montado del Freixo do Meio no es solo una distribución justa de un bien esencial obtenido de manera agroecológica, sino que es, esencialmente, una oportunidad para regenerar este pedazo de hogar y hacerlo también suyo, de una manera consciente, ordenada, segura y colectiva, a través de la cooperación con los diferentes proyectos que operan en el Montado del Freixo do Meio.

COMPARTE
Facebook
X
LinkedIn